Boda en Menorca
Si sonríen mientras se miran, y no tienen que decirse ni una palabra. Es amor.
Eres la forma más bonita que ha tenido la vida de enseñarme que vale la pena arriesgarse a amar.
Desde el día que entraste en mi vida, eres lo único en lo que pienso. Eres la razón por la que respiro. Las estrellas de mi cielo. Eres lo mejor de mi vida. El amor de mi vida.
Te amo más de lo que piensas Más de lo que digo y sobre todo más de lo que te demuestro.
A veces es mejor no insistir, no entusiasmarse, no pensar tanto, que sea lo que tenga que ser. Breve o eterno.
Boda en Menorca
Pufff… ¿cómo empezar a escribir este post?, empecemos por el principio. Jorge y Christelle son fotógrafos y creadores de The Raw Society y les conocí allá por 2017 en un taller de fotografía callejera que realizaron en Madrid. Más tarde he ido a Barcelona en repetidas ocasiones para visitarles y en otras ocasiones para realizar algún otro taller suyo (como este).
He compartido muy buenos ratos con ellos, en las calles de Barcelona, en las de Madrid y sobre todo en su casa. El tiempo fue pasando y un buen día recibo una llamada de Jorge: «Quiero ser un serio y Christelle y yo nos casamos»; me quedé alucinando y no dudé un segundo: «yo os hago la boda». Se iban a casar en 2020 y tuvieron que aplazar su Boda en Menorca hasta este año 2021.
Boda en Menorca
Según se fue acercando la semana de la boda, hablé con ellos para que me contaran qué idea tenían de boda. Me contaron que habían alquilado una villa, donde nos alojaríamos los invitados más cercanos (sí, me consideraron como invitado y para mí eso tiene una mención especial).
Yo llegué el miércoles por la noche, ya habían cenado muchos de sus amigos, creo que todos jajaja. Llegué en un buen momento de sobremesa, compartiéndola con grandes personas y sobre todo con grandes fotógrafos documentales como Rory Doyle, Thomas Machowicz, Carlos Antonorsi, y más. Aquella mesa era increíble, de verdad.
El jueves empezó con un buen desayuno, después fuimos a Ciudadela donde pasaríamos el día de excursión en un catamarán recorriendo las preciosas calas de la isla de Menorca. Increíble. Cuando llegamos de nuevo a puerto, volvimos a la villa donde poco después empezamos a cenar y las charlas fotográficas inundaron de nuevo la mesa al igual que la noche anterior.
Llegó el Gran Día, el Día D, el viernes era el día de la boda, y aunque el día anterior me fui con la cámara (aunque siempre la llevo) era el viernes cuando el trabajo empezaba. Por la mañana se montó el lugar de la ceremonia y la carpa donde posteriormente se cenaría. Después de comer empezaba «lo bueno», Christelle subió a la bohardilla de la villa y Jorge tenía para él la segunda planta. Ella disfrutando con sus amigas mientras se estaba peinando y maquillando y él poniéndose guapo para lo que venía después.
Boda en Menorca
¿Qué decir de la ceremonia? Fue muy emotiva e incluso detrás de la cámara se me escapó alguna que otra lágrima. Se dijeron los votos, él en castellano y ella en inglés. Posteriormente, hicimos el reportaje de pareja, como siempre digo y siempre hago, el reportaje lo hago cortito para que la pareja pueda disfrutar de su cóctel con la familia y los amigos.
Después del cóctel, vino la cena y algún que otro discurso emotivo. Por último, la fiesta donde Xavi Aparici cantante y amigo íntimo de Jorge cantó para ellos y para todos nosotros.
Por último, dar las gracias de nuevo desde aquí a Jorge y a Christelle por confiar en mí como su fotógrafo de bodas, y sobre todo por compartir esa amistad. Os quiero troncos!!
